Cada uno de nosotros tenemos nuestro propio grupo de almas o familias que se forman bajo ciertas circunstancias. No se debe confundir la familia de las almas con la familia física. A veces se superponen, pero muy raramente. ¿Cómo se forma una familia de almas? Vivimos muchas vidas y conocemos a mucha gente. Alguien con quien tenemos una relación especialmente estrecha e intereses comunes, también queremos estar juntos después de la muerte física. Poco a poco se nos suma alguien con intereses similares, con quien nos sentimos muy cómodos y agradables. Gradualmente, este grupo crece y así forma una familia de almas, donde las almas se apoyan, se ayudan unas a otras y pasan tiempo juntas. Cuando uno de estos grupos decide reencarnar, los demás lo apoyan y ayudan, a pesar de que tendrán que divorciarse durante varios años. Los seres astrales saben muy bien que durante la reencarnación se pierde la memoria y se pierde el contacto con el alma. Cuando el alma elige reencarnar, va acompañada de la familia de almas.
En ocasiones varias almas deciden reencarnar simultáneamente para poder encontrarse en el mundo físico. Esto puede suceder en una familia, en una ciudad o país. Cuando se conocen, desarrollan una relación especial, aunque no se recuerdan. Puede ser como una relación muy estrecha entre los hijos de una familia: hermanos, puede ser una relación estrecha entre amigos o socios, un padre y los hijos. Pero esas relaciones son siempre especiales. Después de la muerte física, nuestra memoria se desbloquea gradualmente y comenzamos a recordar nuestro grupo de almas y regresar a él nuevamente. Alguna vez fue una tradición muy extendida el nacimiento de grupos de almas en una familia física que formaban familias fuertes. Pero hoy en día esta tradición rara vez existe. Muy a menudo las personas de una familia física son completos desconocidos y después de la muerte física ya no quieren estar juntos, sino que cada uno se va a su propio grupo.